Por medio de este cuento los niños aprenderán un poco mas sobre los colores.
El elefante azul y las mariposas de colores.
Había una vez un elefante que destacaba por su color brillante y bonito, muy parecido al mismo cielo, era azul y se llamaba Azulón. Este elefante era especial, transportaba de manera desinteresada en su interior, un grupo de mariposas alegres y coloridas, que continuamente deseaban salir de su refugio.
El elefante siempre estaba impidiendo que las mariposas salieran de él, porque se sentía acompañado y eso le gustaba. Las mariposas hacían reuniones diarias, para maquinar la manera de salir del elefante, y ya habían intentado de todo, pero no lo conseguían, ni cuando Azulón dormía permitía que salieran, les puso rejillas por todos los sitios para evitarlo.
Las mariposas alegres y coloridas, se tornaron tristes e indignadas, y se propusieron un plan eficaz para salir de una vez por todas. Había un grupo de mariposas naranjas que se volvieron de color rosa muy clarito, las que eran verdes se volvieron celestes, y las blancas se pusieron negras. Azulón comenzó a notar molestias una noche mientras dormía y lo achacó a la cantidad de hierba que había comido durante el día, pero a la mañana siguiente se encontraba igual, y a lo largo del día, fue empeorando.
Las mariposas dentro de Azulón se frotaban las alas de alegría, y se decían unas a otras: “Dentro de poco, no le quedará más remedio que dejarnos volar”. En un momento dado, Azulón se tumbó en el suelo y comenzó a respirar con mucha dificultad, en una de esas costosas respiraciones, comenzaron a salir por la trompa las mariposas de colores apagados, y según movían las alas ya en libertad, se volvían de su color inicial.
Azulón vio esto, y comprendió el motivo de su malestar, dejó que todas las mariposas salieran, y se dijo para sí mismo: “A partir de ahora seré más amable con quien me rodee, dejaré que mis amigas las mariposas, entren y salgan de mi trompa cuando quieran, así siempre las tendré como amigas”.
Las mariposas se pusieron muy contentas al verse fuera de Azulón, y retrocedieron para darle las gracias, le prometieron que volverían de vez en cuando, y le hicieron entender al elefante que obligar a hacer algo a alguien no es beneficioso para nadie.
FIN